Bienestar Materno

Cómo salir con tu bebé y tus amigos child-free ¡y pasarla bien!

Este artículo se iba a llamar «La soledad de ser madre». No quiero ser dramática pero acabo de ver un video y leer algunos artículos al respecto, así que no pude evitar reflexionar sobre el tema. Lo primero que se me viene a la mente es este -bobo- recuerdo:

Una amiga de muchos años me invitó al acuario que está en la Ciudad de México, así que mi hija, que estaba aprendiendo a caminar, y yo llegamos a la cita con mi amiga el día acordado. También fueron su hermana y otras 2 amigas suyas que yo conozco sólo un poco. Todas solteras y sin hijos.

La verdad es que la pasamos muy bien, a mi peque le encantó el acuario, y a mí me encanta que mis amigos nos inviten a actividades donde pueda ir con mi hija. El problema sucedió después, cuando fuimos a comer a una plaza y al terminar todas las chicas quisieron……… IR DE COMPRAS. Como lo oyen. Y yo por ser parte del grupo (Sí, como una niña de secundaria), las acompañé. Primero fueron a Victoria’s Secret. Y la toddlerr quería agarrar las botellas de todas las cremas y perfumes que encontraba y no quería soltarlas. Así que después de lo que a mí me pareció demasiado tiempo de estar en esa tienda les dije que las esperábamos afuera. Nos fuimos a una banquita y mi hija se divirtió jugando con piedritas. Después de un rato de un rato volvieron, y adivinen qué: tenían toda la intención de seguir deambulando por las tiendas con toda la parsimonia del mundo. En verdad no sé qué hacía yo ahí. Ahora fueron a MAC y rumbo a la tienda nos topamos con Imaginarium así que claro que preferí meterme ahí con mi hija antes de estar luchando contra ella en un lugar lleno de polvos y labiales. Y ahí nos quedamos un rato y cuando salimos… no encontré a mi amiga. Le hablé. Me dijo dónde estaban y caminé y caminé por la plaza que no conocía hasta ese lugar. Esto con mi hija en brazos porque yo, la mamá más precavida del mundo, no llevaba ninguna carriola ni fular ni nada. El músculo de mi brazo me dolía cada vez más y me empecé a poner de mal humor. Cuando al fin las encontré estaban como si nada sentadas comiendo helado. Yo estaba cansadísima, así que me despedí lo más amable que pude y me dirigí a mi coche.

Girls-Shopping
Así se veían para mí

Ahí no acaba el asunto. Adivinen qué más: perdí el boleto del estacionamiento. Entonces tuve que hacer todo ese rollo de hablar por el microfonito de la máquina y los miserables me hicieron dar como 3 vueltas por el estacionamiento. Mientras mi hija se desesperaba más y más hasta que comenzó a llorar y nadie la podía parar. Eran como las 6 de la tarde y tanto ella como yo estábamos que nos moríamos y no nos soportábamos. Y todo era mi culpa por querer pasar tiempo con mujeres jóvenes con intereses normales como comprar y ver cosas que quieren comprar, platicar, reír y chismear. Me sentí sola. Me enojé con ellas y conmigo misma. Con ellas (aunque no tenían la culpa) por no ponerse a pensar en que sólo tal vez podíamos hacer algo más apto para mamás (no creo que ninguna mamá de un bebé de 1 año despierto se quede media hora en una tienda de perfumes… en serio. Y si la hay por favor dígame cómo le hace). Y enojada conmigo por no haberme dado cuenta antes de que ellas no tienen idea de que cada salida y paseo y básicamente cualquier acción en esa etapa del bebé es casi una odisea para una madre; estaba enojada por no haber pensado en mi hija y hacernos pasar un mal rato a ambas.

Shopping-with-Kids
La verdad es que tienes que hacerlo para saber de qué se trata… y trazar una estrategia de calidad militar para la próxima vez.

Por cierto que le mando un saludo a mi amiga que espero no se haya ofendido con todo esto que dije, en verdad le agradezco que se haya acordado de nosotras para invitarnos, nos la pasamos muy bien… antes de toda esta traumática serie de sucesos.

Lo que pasa es que la vida de los demás pareciera que va muy rápido cuando tú te tienes que parar a esperar a que tu hijo termine de hacer cualquier cosa; y parece que va muy lento cuando tú te tienes que ir corriendo porque el bebé tiene que dormir o de un momento a otro estallará. Así que de plano no participas con ellos, y eso a veces no está muy chido.

A las mamás que se han sentido así les digo:

  1. Se sincera contigo misma, no trates de fingir que puedes todo y que no te molesta algo o que necesitas algo.
  2. Ten en cuenta a tu bebé. Ni modo, si él está mal tú vas a estar mal y al revés.
  3. No te desesperes. Créeme, ya habrá tiempo de disfrutar de nuevo algunas cosas que has dejado de lado más relajadamente.
  4. Las personas que no tienen hijos, generalmente no saben. Ni siquiera saben que no saben, así que explícales con sinceridad. Son tus amigas y te quieren, y si no les dices qué pasa y qué quieres, no se van a enterar.

Y también quiero invitar a las personas sin hijos que tengan amigas mamás a tomar en cuenta lo siguiente:

  1. Invítenlas a sus planes, pero teniendo en cuenta que el tiempo y el cansancio no es lo mismo para ellas y que los niños tienen horarios muy diferentes a los de un adulto. Cuando salgan, por ejemplo, tengan la amabilidad de preguntarles si está bien la idea para ellas y sus hijos en el caso de que también vayan. Igual y dicen siempre que sí, pero así se sentirán incluidas y tomadas en cuenta. Y no les va a hacer daño alguna vez entre tantas planear algo de día cuando ellas puedan y no siempre en la noche.
  2. No den por sentado que no irán a alguna fiesta o evento, invítenlas, no las hagan a un lado. En algún momento podrán y estarán felices de ir.
  3. Pregúntenles qué quieren hacer a ellas alguna vez, que ellas propongan el plan.
  4. Recuerda, hoy por ellas, mañana por ti.

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3 comentarios en “Cómo salir con tu bebé y tus amigos child-free ¡y pasarla bien!”

  1. No somos tan malos (los «sinhijos»), ya sé que tu intención no es satanizar a ningún bando, pero como en toda relación «el que no habla, no es escuchado». Y aún así, si tú expones tu necesidad, la otra parte no está obligada a cubrirla (y viceversa), cada parte puede pedir y la otra parte puede decidir no hacerlo.
    Venga! Ustedes, las que han decidido ser madres, son un gran ejemplo de fortaleza y tienen una gran responsabilidad (pero seguro las SinHijos tenemos cualidades por ahí escondidas).
    Un abrazo.

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