En el corto tiempo en el que estuve viviendo en Sidney pude percibir varias diferencias entre la madre mexicana y la australiana, desde características físicas hasta lo que nos preocupa y cómo tratamos a nuestros hijos. Aquí te cuento las 10 diferencias más importantes que verás si conoces a una mami australiana.
Por supuesto que todas la madres del mundo somos cada una diferente, y no todas las mamás de un país entero se comportan igual, pero sí existen ciertas características que la generalidad de las madres tienden a tener en común. El lugar donde crecimos y vivimos y cómo nos criaron a nosotras mismas va poco a poco moldeando la forma en que entendemos la maternidad y cómo llevamos nuestra crianza con nuestros hijos cuando nos convertimos en madres. Eso sí, a pesar de las pequeñas diferencias, tenemos muchísimo en común, todas nos podemos sentir identificadas con las situaciones que vive la otra y todos los niños de dónde sean, tienen las mismas necesidades emocionales y biológicas. Me encantó poder ver otra cultura, pero lo más bonito de conocer a mamis del otro lado del mundo fue ver todo el apoyo que me brindaron desde que me conocieron. Las mamás que conocí en Sidney siempre fueron amigables conmigo e intentaron hacernos sentir como en casa, motivaban a los peques a integrarse entre ellos y a crear una amistad con mi hija. Si eres mamá y viajas a otro país, no dudes en relacionarte con otras mamis y en pedirles apoyo si lo necesitas, seguramente encontrarás a más de una que te reciba con los brazos abiertos y se vuelva tu amiga.
1. La edad
Esta es la diferencia más evidente y de la que te darás cuenta primero. En México la edad promedio en la que tenemos el primer hijo es a los 21 años y la tasa de fecundidad más alta está entre los 20 y 24 años (Datos del 2015). Obviamente esto puede variar bastante dependiendo la zona, nivel educativo, etc. Pero esos son los datos reales de México. Yo tuve a mi hija a los 22 y en los círculos y ambientes en los que me he movido estos 6 años suelo ser de las madres jóvenes, generalmente las mujeres comienzan a tener hijos entre los 25 y 30 años. Pero en Australia no sólo era de las más jóvenes por un par de años, era más de una década de diferencia. Por ejemplo mi compañera de casa me llevaba 10 años exactamente y cuando hablamos del tema me dijo que ella siempre ha sido de las más jóvenes. Y en efecto, en la escuela de mi hija allá en Australia tuve la oportunidad de conocer a una gran parte de las mamás del grupo y todas las australianas sin excepción eran mucho mayores que yo. Las más jóvenes se veían unos 10 años más grandes, y de ahí para arriba. Las únicas que me llevaban menos de 10 años eran precisamente dos mamás extranjeras: una originaria de Kuwait que solía vivir en Egipto antes de mudarse a Australia y la otra de África (no me enteré de qué país era). Según datos del 2017, la edad promedio en que las mujeres australianas se convierten en madres es de 29 años. 25% de las madres tienen a su primer hijo a los 35 o más y sólo 14% antes de los 25 años. Esto se me hizo bastante curioso porque mi mamá me tuvo a los 40 años y cuando yo era niña sentía que era super raro porque era bastante más mayor que las mamás de mis compañeros ¡sin saber que en otros países es de lo más normal!
2. Los lugares de reunión y esparcimiento
Creo que en México cada vez es más común (o era antes de la pandemia) ir a restaurantes con áreas de juego o pequeños centros de diversión cerrados con los peques. Allá la cultura es más de ir al exterior: bosques, playas y parques. Hay muchos parques y zonas de juego, al menos cerca de la ciudad. Y entre más te alejas de las ciudades las casas suelen tener un jardín más amplio, así que las reuniones con otras mamás suelen ser en casa para hacer una BBQ, playas, parques y bosques. No vi ni un solo restaurante con área para niños, y fueron pocos los que vi con comida especial para ellos.
3. La forma de consentir
En general, sentí que las mamás australianas suelen ser menos consentidoras, a comparación de las mexicanas que solemos tratar a nuestros hijos dándoles muchos cuidados y mimos, haciendo a veces cosas por ellos que quizá ya pueden hacer por ellos mismos pero seguimos haciéndolo como parte de esta visión tierna y cuidadora que tenemos de la maternidad.
4. La forma de expresar el cariño
Las mamás mexicanas solemos ser mucho más cariñosas físicamente con nuestros hijos. Muchas de nosotras siempre estamos abrazándolos, cargándolos y siendo muy afectuosas con nuestros gestos y palabras. Las mamis australianas que yo conocí suelen ser cariñosas pero no tan expresivas físicamente.
5. La exigencia escolar
Por el contrario, algo que sentí es que, al menos en niños pequeños, las mamás australianas no son tan exigentes en el tema académico con sus hijos. No esperan que los niños hagan tarea por horas ni se preocupan porque estén en un nivel académico superior a los demás.
6. Los gritos
Definitivamente las mamás mexicanas somos mucho más gritonas, al menos en público. En México es bastante común ver a una mamá gritarle a su hijo y regañarlo en frente de todos, o en general ser más ruidosa sin importar si está regañando, felicitando o lo que sea. Al parecer somos expresivas también con nuestra voz.

7. Los matrimonios
No conocí muchísimos matrimonios australianos, y también allá las mamás son las que están más involucradas con la escuela de sus peques y son normales tanto las mamis que son amas de casa como las que tienen otro trabajo adicional, pero los matrimonios que sí conocí, definitivamente percibí una forma muy distinta de relacionarse. Los maridos en México suelen tener una actitud paternalista y de jefe máximo del hogar. Claro que no sé cómo sean las relaciones a puerta cerrada pero la manera en que yo ví que las esposas y esposos hablaban entre ellos era muy distinta a la que veo aquí en México en muchas parejas casadas.
8. Seguridad
Australia es uno de los países más seguros para vivir en el mundo, y aunque sí hay peligros como en cualquier lugar, las personas suelen estar más relajadas en este sentido y no están pensando en todo lo que podría pasarles. Esto se extiende también a la actitud de las madres hacia sus hijos. Los niños a partir de los 8 suelen ir solos a la escuela. Los niños más grandes toman también el transporte público solos. Poco tiempo después de haber llegado a Australia fuimos junto con otras 2 familias con niños de entre 5 y 9 años (mi hija era la más pequeña) a un evento muy grande en un estadio de futbol americano donde pusieron muchos inflables y actividades para niños al extremo y los adultos no tenían ningún problema con sentarse donde no los veían y dejaban a los niños andar solos por todo el lugar. La única medida de seguridad al respecto era una pulsera en la mano de los niños con el número telefónico de papá o mamá escrito con plumón, para que si se perdían alguien nos pudiera hablar. Y yo con el jesús en la boca todo el rato y dándome mis rondas para ver si mi hija seguía ahí.
9. Prevención de accidentes
Por el contrario, mientras las mamás mexicanas nos preocupamos por la seguridad de nuestros peques en ese aspecto, las australianas se preocupan por la seguridad física y prevención de accidentes así que los niños siempre usan casco cuando andan en su bici y sus scooters. Recuerdo que un amigo papá del colegio me decía que lo único que no le gustaba de esa escuela era que para llegar tenían que cruzar y andar por una calle con mucho tráfico vehicular. Y yo nunca me sentí así porque la calle a la que se refería tenía semáforos para peatones que para mí era una gran ventaja a comparación de las calles de México en las que generalmente tienes que correr para pasar y los carros casi nunca te dan el paso (allá en Australia, en las calles en las que no hay semáforo, siempre te dan el paso). Otra cosa diferente relacionada con esto es que siempre que se suben al carro lo hacen con una silla especial para niños, aunque los niños sean mayores (de 4 a 10 años). En México tenemos una forma de pensar muy extraña en la que pensamos que los riesgos no son tantos y entonces muchas familias no utilizan silla para el carro pensando que los niños ya están grandes. Allá es obligatorio, y de hecho los ubers y taxis no te quieren llevar con niños si no tienen silla para el auto, por lo que, de preferencia tienes que hablarles primero para asegurarte, o utilizar servicios especiales como Sheeba (tipo Uber pero de mujeres para mujeres).
10. Ahorro y compras
Aquí en México somos mucho de comprar comida y cosas en general, creo que porque en general hay muchas opciones baratas y a la mano cuando salimos. Allá no. Al menos en Sidney todo es muy caro así que cuando salen con sus hijos a pasear, las mamás siempre llevan una buena ración de snacks para todosk con el fin de no gastar tanto dinero afuera y disfrutar de los espacios gratis. Además, aquí en México casi siempre hay puestos a la mano y cuando es un lugar para niños más. Siempre hay alguien que te ofrece gorras, papitas, dulces, aguas, juguetitos, globos o burbujas. Allá eso no pasa y tienes que ir preparada con lo que vas a necesitar.
Obviamente, no todas las mamis mexicanas somos iguales, y no todas las australianas hacen siempre lo que cuento aquí. Pero estas fueron las diferencias y situaciones que me llamaron más la atención y en las que me sentí a veces muy distinta a ellas. Es muy interesante cómo la cultura, el espacio, la economía incluso, influyen en la forma en que criamos.