Hace varios meses vi el video de Kristina Kizmic, que decía que sus hijos estaban enojados con ella y que no le importaba porque ella no era su amiga, ella era su madre. Y en general hay mucha gente que menciona frases como «en estos tiempos los padres quieren ser amigos de sus hijos y no les ponen límites»
Y entiendo el punto, pero creo que está tal vez un poco tergiversado lo que es un amigo y lo que es nuestro papel como padres. Yo sí soy amiga de mi hija y además intento serlo. Porque en primer lugar un amigo no es aquel que te invita a la peda, no es el que se ríe cuando te caes en la escuela, ni el que te pasa las respuestas en el examen. Les decimos amigos a muchas personas que muy probablemente no lo son. Un amigo para mí es alguien con quien puedes contar, alguien al que le tienes cariño profundo y él a ti, además de respeto, alguien con quien tienes una conexión moral. La amistad es una relación que implica responsabilidad hacia el otro, donde te importa realmente el bienestar de la otra persona y que la relación perdure en el tiempo.
La primera definición en el diccionario de la Real Academia es «afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato.» No sé qué parte de esta definición va en contra de lo que sucede cuando eres madre como para decir que no eres amiga de tus hijos.
Claro que los hijos se van a enojar con nosotros por cosas que decimos o hacemos que no les gustan, cuando no les damos permiso, cuando les llamamos la atención, cuando los obligamos a hacer algo que no quieren como pedir una disculpa o arreglar su cuarto. Pero una cosa es que se enojen de vez en cuando y otra que se la pasen enojándose con nosotros, o vivan ya en un perpetuo enojo hacia nosotros. Creo que en ese caso hay algo que estamos haciendo mal.
Y enojarse es normal, y en ese sentido no me preocupa si mi hija se enoja, pero sí me importa. Me importa que sepa dónde poner su enojo, me importa que ella sepa que no me son indiferentes sus emociones, me importa enseñarle que el enojo es normal y es bueno, y que nos dice cuando algo anda mal, enseñarle a reconocer lo que le molesta y a ponerlo en palabras para construir el diálogo y la negociación cordial y razonada. Me importa que ese enojo no se alargue o se repita hasta minar nuestra relación. Me importa llegar a un acuerdo en donde tal vez no logremos exactamente lo que queremos pero al menos quedamos un poco más satisfechas ambas, me importa aprovechar ese enojo para conocerla más y ayudarla a crecer y aprender algo. El tiempo se va tan rápido y la vida es tan corta que no, no quiero pasar un día con nosotras enojadas.
Hasta la Biblia, que menciona la importancia de corregir a nuestros hijos a tiempo, también menciona:
Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en la disciplina e instrucción del Señor.
Efesios 6:4
Es imposible lograr que tu hijo nunca se enoje, obvio, intentar eso sería un gran error. Pero sí creo que es importante buscar tener una buena relación con ellos, y así como buscamos que no se enoje nuestra pareja, nuestros amigos, nuestros padres, dentro de nuestras posibilidades, así buscar no provocarlos a ellos tampoco. Siendo respetuosos con ellos, escuchando su lado de la historia, sus opiniones y sus deseos, tomándolos en cuenta, siendo flexibles y poniendo por encima del qué dirán, de nuestra pretención de perfección y de nuestros miedos, la relación que tenemos con nuestros hijos y la creación de buenos recuerdos con nosotros, en su hogar.
Cada momento crea una emoción, y las emociones se quedan grabadas en nosotros para siempre. Si diario tus hijos se enojan contigo por la misma razón en el mismo lugar, y a veces hasta a la misma hora, ese lugar queda impregnado en nuestra mente con malas emociones. El momento de comer, el momento de dormir, el momento de ir de vacaciones, deben ser momentos de unión, no de separación, y el enojo, si no se sabe guiar por nosotros los padres, puede traer separación.
Sé que aún me falta muchísimo por recorrer en este camino de ser madre, y me faltan muchos retos que superar con mi hija, pero mi intención es seguir siendo su amiga, aunque tal vez ella a veces no lo sea para mí, porque si no puedes encontrar un verdadero amigo dentro de tu misma familia, ¿entonces dónde?
lo ameeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee… necesitamos una buena charla con cafe, justo sobre este tema amiga, hace falta.besos a clari
Me gustaLe gusta a 1 persona
Claaaro almita cuando quieras. Un abrazo!
Me gustaMe gusta
Yo quiero ser la mejor amiga de mi hija, que me cuente todo sin tapujos, y tenga la confianza necesaria conmigo, que nunca tenga miedo de contarme algo, sea bueno o sea malo. Prefiero ser amiga que una desconocida que le digas a las niñas de sus edad jamás le contaría a mi madre, yo prefiero ser amiga. 🙂 un beso nena 🙂
Me gustaLe gusta a 1 persona
Claro! a mí me gustaría lograr lo mismo. Que ella me tenga confianza siempre, y eso se construye desde los primeros años. Espero que lo logremos! Abrazo!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Ole! Muy bien dicho, no hay nada mejor que la confianza, el amor y la amistad y tener eso con un hijo es una maravilla😊 por cierto llevo poco por aquí jaja soy nueva jaja asi que ya me iré pasando😂😂haber si me pongo al día con esto
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias por pasar y comentar! Bienvenida 😀 claro, a veces es difícil porque uno se deja llevar pero creo que siempre es a lo que debemos dirigirnos, como tu dices: confianza, y tb respeto mutuo. Un abrazo!
Me gustaLe gusta a 1 persona