Crianza Respetuosa, Desarrollo Infantil

Los tres pasos para que tu bebé y tú duerman mejor

«Total, que entre que los niños no deben comer de noche, y que deben estar sin luz, una no sabe si estos libros son para enseñar a dormir a los niños o instrucciones para criar gremlins.»

Los doctores y «expertos» te atiborran de reglas que te estresan, y es cierto: ni que estuvieras construyendo un robot o criando gremlins. En el libro «Dormir sin lágrimas» de Rosa Jové, la autora da consejos básicos para mejorar las noches en casa. Muy útiles para tenerlos en cuenta en esos momentos de dudas y obstáculos.

No mojarlo, no exponerlo a luz intensa y no darle de comer después de medianoche. Y faltaría no mecerlo.
No se te vaya a convertir en esa cosa fea y descontrolada.

En primer lugar explica la importancia y el gran beneficio que tienen para el bebé y la madre tres prácticas que a veces en nuestra sociedad se cuestionan de manera exagerada: la lactancia, el colecho y la actitud responsiva hacia el bebé. Estas prácticas, bien aplicadas, ayudan a mejorar la calidad de sueño tanto de la madre como del bebé.

1. La lactancia a libre demanda

La lactancia es un momento de relajación para el bebé. La libre demanda, es decir, darle pecho cuando el bebé lo pida, logra darle los nutrientes que necesita, llenarlo para que duerma más horas y además le permite sentir a su mamá cerca. De nuevo son el ritmo del bebé y el ritmo de los propios padres los que van definiendo las distintas y muy respetables decisiones de cada familia en estas cuestiones. Por ejemplo yo dejé de amamantar poco a poco hasta que al año y semanas mi hija ya ni quería cuando le ofrecía. Ahora que tengo más información y me siento más libre, lo haría tal vez de forma diferente, pero sé que hice lo que pude, supe y quise. Si por cualquier razón has dejado de amamantar, aprovecha los momentos del bibe para conectar y mimar.

2. El colecho

Dormir con tu bebé, toddler o niño es lo más natural. No es obligatorio y si de plano no te gusta no lo tienes que hacer, pero no te dejes llevar por ideas de que «después se van a volver dependientes». Los niños por naturaleza necesitan estar cerca de su madre o cuidador principal y al darles lo que por biología necesitan se relajan y tu vida puede ser mucho más tranquila. Sin luchas de poder o tácticas para lograr que haga lo que tú quieres. Como les conté antes, mi hija al mes ya dormía sola en su cuna y en su cuarto. Recuerdo que cuando le conté esto a una amiga mamá me dijo que yo sí era estricta, y no le pude explicar que simplemente así se habían dado las cosas y que mi bebé estaba muy a gusto en su cuarto. Caía rendida a la hora perfecta, super rápido y muchas veces sin ningún tipo de ayuda más que el pecho o el bibe, y dormía hasta 12 horas seguidas, ¡sin despertarse! hasta me daba miedo al principio. Es más, la trataba de dormir conmigo a veces ¡y no le gustaba! Pero esto cambió cuando creció y con los cambios tuve que adaptarme, y pasar dos horas tratando de que se quedara en su cuna no era opción.

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Arrullando a Yaya

3. Actitud responsiva

Respecto a este tema cito una frase de Jové, que por experiencia digo que es muy cierta y de verdad que sigo sin entender por qué algunas personas confunden esta actitud con dejar que el niño te controle y haga lo que quiera y se vuelva un malcriado y hasta un delincuente, no tiene nada que ver:

«Responda a las señales de su bebé tanto de día como de noche y él, a cambio, le regalará días y noches más apacibles.»

A partir de los 6 meses puedes ir haciendo pequeños cambios para lograr que, poco a poco (no es una receta mágica), tu bebé se vaya adaptando a tu ritmo de vida, pero siempre respetando el propio ritmo natural y necesidades de tu bebé. Algunas cosas que puedes hacer son:

  • Estar atento a sus señales de sueño
  • Ir cambiando poco a poco sus horarios si es que nos resulta demasiado incómodo. De 15 minutos en 15 minutos.
  • Debemos tener en cuenta también las condiciones en el hogar como el tiempo que pasamos con ellos, peleas, prisas o falta de sincronía en nuestros horarios, ya que estos factores afectan la calidad del sueño de los hijos.
  • El ambiente para dormirlos debe de incitar al sueño y es buena idea hacer de este momento un momento agradable y relajante, donde ellos se sientan seguros y cómodos
  • Atender al niño pronto cuando se despierte. En mi propia experiencia esto hace que el niño no tenga tanta ansiedad y pueda manejar más fácilmente sus propios despertares después.
El principio Montessori
El principio Montessori

A veces es muy difícil y cansado tener un bebé y manejar sus cambios y necesidades. Pero debemos cambiar primero nuestra perspectiva del niño y de sus acciones, deshacernos de prejuicios y miedos irracionales para empezar a escucharlos a ellos y a nuestro instinto natural. Esto nos ayudará a pasar los días más relajadas, sin tanto estrés y preocupaciones, y poco a poco, sin violentar a los niños, y dándoles lo que necesitan, ellos se adaptarán y tú a ellos.

«Cada bebé es irrepetible. Lo que funciona en uno, no funciona ni en su hermano. Desconfíe de métodos iguales para todos y mire a su hijo. Él le dirá en cada momento de su vida lo que necesita. Algunos padres aún creen que los bebés nacen sin instrucciones. ¡Mentira! ¡Ellos son las instrucciones! Sígalas al pie de la letra.»

¿Te gustó este post? Cuéntame en los comentarios qué es lo más difícil que has vivido en el tema de dormir a tu bebé y cómo lo has manejado.

♥ Por una crianza informada, libre y feliz ♥

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