A mí me ha ido siempre muy bien en la escuela y tuve muy buenos momentos ahí y también buenos maestros. Entonces ¿por qué no me termina de convencer?
Quiero que mi hija se respete y se ame tal cual es desde temprana edad, además de aprender a amar el aprendizaje, saber cómo buscarlo y cómo generarlo. Las escuelas, a mi parecer, lo que hacen es pretender que todos los niños sean iguales, sepan lo mismo, actúen de la misma manera y se vistan igual… Y entre los mismos niños hay una pretensión a no ser diferentes. Hoy te cuento algunas razones por las que no me encanta la escuela como la única opción educativa.
1. ¡No todos somos iguales!
Yo nunca tuve problemas especialmente importantes con respecto al bullying y todo eso, pero sí lo vi de cerca, y la verdad es que en las escuelas se considera como normal el acoso psicológico a algunos niños, habiendo bromas pesadas o actitudes muy ofensivas. Y esto es porque los adultos les enseñan a los niños que todos deben de ser iguales, que todos deben hacer ALGO en específico. Y a los que se les ocurre ser un poco diferentes, pagan las consecuencias. Yo recuerdo que a mí desde el kinder me daba muchísima pena ser diferente. Desde llevar la tarea hecha diferente, ropa diferente, disfraz para el festival diferente, lunch diferente, mamá diferente, hasta tener preguntas en clase o leer más lento que los demás. He platicado con varias personas y no, no era la única. Al parecer había un montón de niños con miedo a mostrarse tal cual eran. ¡Qué absurdo! Parece que no pero los niños en las escuelas viven en constante estrés. Claro que todo eso luego se me quitó y ya no me importaba, pero de todos modos, yo quiero enseñarle a mi hija que TODOS somos diferentes, y hacerlo en una escuela donde todos usan el mismo uniforme y compiten por las calificaciones, complica las cosas.
Además, está el hecho de que no a todos nos gustan las mismas cosas ni somos hábiles en todo. En una escuela se nos obliga a depender de unas cuantas capacidades para sobrevivir y se deja de ver al niño o jóven como un ser único. Por eso hay tantas personas peleadas con las matemáticas y tantos niños con supuesto déficit de atención.
2. Respeto al niño
Otra razón MUY importante es el trato irrespetuoso que reciben los niños por varios maestros. Se le llama al parecer «disciplina». Yo estuve en una escuela relajada hasta los 8 años y en una un poco más estricta de ahí hasta la secundaria, y no, tampoco era que los profesores nos pegaran o nos insultaran o nos encerraran en el baño. Pero los niños no conocen otra forma de ser educados, piensan que es normal que el maestro los regañe por cualquier nimiedad y que tiene algún tipo de sentido que les griten o les quieran hacer sentir culpables por no aprenderse de memoria la vida de Benito Juárez para el recital o por pararse de su lugar en un examen.
Hace un par de años hice mi servicio social en una escuela y me tocó el 5º grado. Una maestra loca le gritó a una niña, que era súper bien portada, por pararse a agarrar un lápiz justo antes de uno de esos exámenes de la SEP. ¡Me dieron tantas ganas de bajarla de su trono! Por cierto que recuerdo esos exámenes, EXTRA aburridos, y te lo hacen ver como si fuera súper importante. Todo es mortalmente importante que lo haga el niño. Cuando realmente al niño no le va a pasar absolutamente nada si no le pone el número de página a todas las hojas del cuaderno o no tiene todos los sellitos de la maestra o no toma distancia adecuadamente en la formación. ¡Sí! sé que muchas personas pueden ver este tipo de cositas como pequeñas lecciones para que los niños se formen buenos hábitos, pero la verdad es que son absurdas, y lo peor es que los niños reciben estrés, tensión, gritos y malas calificaciones por esas cosas, y todo esto lleva a preocupación por parte del niño, desinterés y/o baja autoestima. Y luego las maestras todavía se atreven a mencionar que no están de humor para esto o lo otro como amenazando a los niños que en cualquier momento pueden estallar. Claro que me imagino que estar al frente de 20 niños o más es extremadamente difícil, pero los niños no tienen la culpa. ¿Cuándo se ha visto en cualquier otro trabajo que alguien diga, «ni se te ocurra ponerme más retos profesionales que no estoy de humor»? ¿Por qué los adultos actuamos como si los niños no fueran personas y no merecieran el mismo respeto que cualquiera?
3. Apego seguro
No critico a los padres que meten a sus hijos ni a guarderías si lo hacen porque lo necesitan, ni a las escuelas mucho menos, pues es algo cultural, pero sí creo que es mejor que un niño pequeño esté más tiempo con sus padres. ¡Los niños no lloran el primer día de clases o de guardería por nada! El desapego debe de ser paulatino y no debe representar un momento de miedo o desesperación para el niño.
Incluso en la primaria, secundaria y de hecho en todo momento desde que tenemos hijos, estos necesitan de nuestra presencia en gran medida. Necesitan que nos interesemos y que los escuchemos, que nos involucremos profundamente en su desarrollo. Por eso creo que no hay mejor modo de aprender que cerca de tus seres queridos.
4. El aprendizaje pierde sentido
La última razón por la que no me gustan mucho las escuelas es por que la forma de enseñar la mayoría de las veces es poco práctica. Mucha memoria de asuntos sin sentido, todo masticado y en la boca, y luego se les mide su disque aprendizaje e inteligencia con un examen que sólo pasan y luego (al siguiente día, al siguiente mes o al siguiente año) ya no se acuerdan, pero eso sí, están en el cuadro de honor porque sacaron 10, o son los burros del salón y sus papás los regañan porque sacaron 6. Los niños nacen con curiosidad, y los adultos y nuestros sistemas educativos se las aplastamos año con año, hasta que a los 15 o 18 años sólo se la pasan quejándose de por qué tienen que aprender esto o lo otro, o haciendo literalmente todo lo posible por no aprender y sólo pasar la materia para que los dejen en paz de una vez por todas. Yo quiero que mi hija ame el conocimiento y creo que no hay escuela que enseñe eso. Claro que hay niños que van a la escuela y aman el conocimiento, pero esto viene desde casa.

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